La historia jamás contada
Ernesto Vicente Pérez

 

Hace cientos de años
habitó por aquí la Serrana
esa mujer de Garganta
que un día fue deshonrada.

Vivía sola en su cueva
por las mañanas cazaba
pero en esas oscuras noches
a la luz de la luna lloraba.

Estaba ciega de odio
sedienta de venganza
mató a muchos cabreros
con su honda y con su lanza.

Una de esas mañanas
que de su cueva salió
a un cabrero de Piornal
en la sierra se encontró.

Justo en ese momento
ese odio desapareció
porque de ese serrano
la Serrana se enamoró.

Ella le invitó a su cueva
el cabrero lo aceptó
cenaron y se durmieron
hasta que el sol les despertó.

Al despertar no sentía odio
latía fuerte su corazón
de repente no se acordaba
de aquel que la deshonró.

Pero al salir de la cueva
el pueblo la estaba esperando
querían castigarla
por tantos años asesinando.

El cabrero intentó detenerlos
para que no la cogieran
ella salió corriendo
y consiguió meterse en su cueva.

Arrepentida de tantos crímenes
consciente de lo que era
antes que el pueblo entrara
se mató con unas viejas tijeras.

El cabrero enfurecido
al pueblo nunca volvió
y viviendo en aquella cueva
muchos años pasó.

Él, que no sabía cazar
al pueblo de noche bajaba
y todo lo que podía
en los huertos "arramplaba".

Unos años después
el pueblo apresó al ladrón
era un 20 de enero
y el pueblo le apedreó.

Quedando malherido
un vecino le reconoció
reconociendo que era el cabrero
que de la Serrana se enamoró.

Después de reconocerle
el pueblo le perdonó
Piornal perdonó al cabrero
que en ladrón se convirtió.

 
 
José Ernesto Vicente Pérez
Diciembre 2019
La Serrana y Jarramplas

Foto: Ernesto Vicente
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 


 
 
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