Diario Hoy
Jueves, 2 de diciembre de 2010

Lo peor son las heladas

La nieve se incorpora cada invierno a la vida cotidiana de los piornalegos

A.S.O.
Diario Hoy.
Jueves, 2 de diciembre de 2010
http://www.hoy.es/20101202/local/plasencia/peor-heladas-201012021512.html

En Piornal lo peor no es la nieve. Ni el frío que corta la cara durante el día. Agudizado más si corre una fina marea. O si el aire viene de 'meregildo' como dicen los mayores. A todo esto están acostumbrados y se enfrentan los piornalegos. Lo que más temen en invierno los vecinos del pueblo más alto de Extremadura (1.175 metros) es al hielo. A la nieve helada y a las capas de carámbano que quedan en las calles después de que los copos cubran con una espesa capa tejados y calles. Y al riesgo de caída que traen.

Arancha, la cartera, da buena cuenta de ello. Llega caminado cautelosa por los senderos rodados de la Plaza Mayor. Paso a paso y mirando donde pisa. Hasta que Ángel, el alcalde le dice que no. Que ande por donde no está pisado. "Ir por la nieve virgen es lo mejor, oír ese clic-clac aunque se hunda el pie, porque se va más seguro". La funcionaria de Correos sigue el consejo hasta a llegar a una zona limpia de nieve. Pero Ángel Rama le advierte de la existencia de una fina capa de hielo muy resbalizada.

Y es que en Piornal lo peor son las heladas. Lo dice el alcalde y los vecinos. También Antonia, una mujer con pañuelo a la cabeza y abrigo que ha salido a la compra. Y se lleva varias barras en la bolsa. "Es el pan para varios días". En Piornal sin hay perspectiva de nieve, nunca se sabe. Y siempre es mejor proveer que añorar.

Es un hábito arraigado desde generaciones. De los nevazos de antaño, que no eran, ni mucho menos, como los de ahora. Eso dicen los mayores. Lo cuenta José Luis, un hombre en torno a los 50 que pala en mano, rasca que rasca, va liberando de nieve helada la puerta de la cochera. Está en una calleja junto al ayuntamiento. Entonces, relata, se juntaban una nevada con otra y el pueblo permanecía blanco todo el inverno. Y si apretaba un temporal, se salía de casa por los balcones y ventanas de la primera planta. Porque hay calles en las que la ventisca acumula la nieve hasta lo impensable.

La caída esta semana en Piornal ha sido un adelanto del invierno. "Este año sí ha venido antes la nieve, algo extraño", agrega José Luis. Explica también que las nieves caídas "pegan muy bien en el campo, aunque resulte pesado quitarla a paladas de la puerta de la cochera". Más que nada, lo hace por si lo necesita para salir.

En Piornal hay muchos vecinos que trabajan en Plasencia. Y bajan y suben a diario, cono ellos dicen. Conducir entre la nieve no es problema para ellos. Tampoco que ésta se acumule más de una cuarta o de dos en la calle. "Las mujeres no dejan de salir", apunta Jose Luis. Y el sol que se asoma entre las nubes esta mañana da fe de ello. El trasiego de la compra diaria se nota. Las calles principales están despejadas de nieve para que pasen los coches. Y en el resto, no faltan senderos entre el manto blanco para transitar sin dificultad. Vehículos y personas.

El Ayuntamiento está en todo. En "dar salida", como dice Ángel Rama, a todo el que lo necesita para que pueda moverse de casa si lo necesita para ir al médico o viajar. Y siempre pendiente de que el pueblo no se quede incomunicado. La alerta es permanente si hay previsión de nieve. Y basta un telefonazo para que las quitanieves de la Mancomunidad del Valle o de la Diputación se pongan en marcha.

En poco mas de media hora están abriendo la carretera. Aunque no faltan ocasiones en que se adelante la nevada y el medio metro caído en mitad de la noche, impida a los camiones quitanieves llegar hasta el pueblo de madrugada. En ese caso hay que empezar a abrir la carretera a la N-110 y Plasencia con la retro que hay en el pueblo.

Son los quehaceres y preocupaciones de este alcalde extremeño que cada invierno lidia con la nieve y el hielo. Y en el que ambas dan empleo a tres trabajadores de servicios múltiples, más el encargado de obra y el edil del ramo que se ocupan de echar sal y limpiar las calles. "Ellos lo preparan todo, de las calles que están mal para que pueda andarse y de las que hay servicios y tiendas, para que la gente acceda", comenta Ángel Rama.

El acceso a centros públicos y sociales es prioritario. Es la rutina de cada inverno cuando aparece la nieve en la vida de Piornal. Raro resulta que el pan no llegue o que el autobús con los 60 chicos que estudian en los IES de Plasencia no puedan bajar. Esta semana ha sucedido. El martes, sin ir más lejos. Una adelantada nevada tuvo la culpa. Pero ya no es lo de hace años.

La nieve forma parte de la cotidianeidad de los vecinos. Ahora, con mucha más normalidad que hace décadas. Cuando las nevadas traían días de hacer lumbre y calbotes, de familia y hogar. También, de unas incomodidades que el progreso, los aislamientos, las calefacciones y las estufas y chimeneas han alejado. Aunque, como dicen unas vecinas que charlan como si nada en la puerta de casa desafiando al frío, "este frío es muy sano y nos gusta". No hay duda de ello.

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© Víctor A. Díaz Calle. 1997-2010