Diario Hoy
Domingo, 27 de diciembre de 2009

«Dicen que los de Piornal nos creemos los mejores»

Sandra nos cuenta cómo se vive en el pueblo más alto de Extremadura, donde la Navidad y la nieve son consustanciales

J. R. Alonso de la Torre. Diario Hoy. Domingo, 27 de diciembre de 2009
http://www.hoy.es/20091227/regional/dicen-piornal-creemos-mejores-20091227.html
http://www.hoy.es/20091227/regional/conoci-internet-chico-importante-20091227.html

-¿De qué se habla estos días en su peluquería?

-De la Belén Esteban y de las heladas de esta semana, que se cayó mucha gente: que si ésta se abrió la cabeza, que si aquélla se partió el brazo.

Hasta cerca del mediodía no hemos podido llegar a Piornal. Esta mañana, la carretera amaneció helada y el pueblo quedó aislado: ni subió el pan, ni llegó el periódico, ni los estudiantes pudieron bajar al instituto a Plasencia. Nada más aparcar, vemos a una señora que arroja puñados de sal sobre la acera para que el agua de la lluvia no se hiele. Buscamos a Sandra Beites, la peluquera. Estamos en el pueblo más alto de Extremadura: 1.175 metros. La Navidad está encima y los bares se engalanan con bolitas y estrellas, pero aquí la nieve es de verdad. A la entrada, en una plaza, un banco y varios negocios: el bar, el restaurante y la peluquería de los Beites Sánchez. El patriarca de la familia era portugués, de Melgaço, un pueblo fronterizo con Galicia. La madre es de Piornal. Se conocieron en la emigración.

Sandra, la hija pequeña, estudió Peluquería y Estilismo. Desde hace tres años, regenta la peluquería del pueblo. Sandra abre el bar a las 9. Empieza a peinar y mechar sobre las 11. Por la tarde se acerca a Plasencia al gimnasio, a la Uned y a la Escuela de Idiomas. Algunas noches ensaya con el grupo de teatro, otras, le toca cerrar el bar. -¿Las mujeres de aquí son un poco Serrana de la Vera, quiero decir que si son más lanzadas, más. emprendedoras? -Hay de todo. Pero somos más abiertas, muy participativas. Las mujeres de aquí siempre tenemos 40 cosas en la cabeza y tiempo para hacerlas.

-¿Con este frío?

-Aquí el invierno se lleva bien. Antes, nevaba y hasta que subían las máquinas, podían pasar un par de días. Ahora empieza a nevar y ya están aquí. Esta mañana estaba todo helado y la carretera, cerrada. Pero la máquina echó sal y enseguida se pudo pasar. Te abrigas y sales igual. Nieva todos los años varias veces pero sale todo el mundo a la calle, resbalamos, hacemos muñecos de nieve. Estoy todo el invierno que si la nariz, la tos, por los cambios bruscos de temperatura. Pero menos las más antiguas, todas las casas tienen calefacción.

-¿Sí, pero los chicos hoy no han podido ir al instituto?

-Hoy solo iban a por las notas. Los niños se levantan muy temprano. A las 7'15 sale el bus. El otro día nevó mucho y es verdad que no hubo clase ni subió el pan ni el periódico hasta que no limpiaron la carretera. Pero en todas las casas hay pan congelado. No hacemos acopio de alimentos porque todo el mundo hace matanza. No recuerdo haber estado mucho tiempo aislados. Mi abuela contaba que en su época, cuando nevaba, tenían que salir de las casas por las ventanas porque la puerta estaba llena de nieve. Aquella época era bonita, recuerdo la chimenea de mi abuela, asar los calbotes o castañas, la lumbre.

-¿Marca mucho vivir a 1.175 metros de altura?

-Nos dicen que parecemos de Piornal porque somos muy brutos o que hablamos como cantando. Que exageramos las cosas, que siempre decimos que somos los mejores en todo. Lo que sí veo aquí es mucha más participación de la gente que en otros pueblos. Tenemos unas 30 asociaciones de muchas cosas y siempre una de cada, no hay división: nada de dos de viudas, dos de amas de casa. Estamos unidos.

-¿Usted, tan joven, no se aburre?

-Yo salgo todos los días con mis amigos, estás como en familia, si falta alguno un día ya te interesas, qué le pasará. Salimos a diario ocho o nueve de entre 20 y 30 años. Hay una decena de bares, pubs, una discoteca. Los de los pueblos de alrededor vienen aquí.

-Piornal lleva 20 años manteniendo su población entre 1.500 y 1.600 habitantes.

-Antes había mucha emigración a San Sebastián y a Barcelona. Ahora, la gente se queda aquí por la agricultura. Casi todo el mundo tiene fincas grandes, que hay que trabajar, de cerezas, de aceitunas. Antes había menos cerezas, pero actualmente hay mucha y aunque tengas una tienda, un negocio, también tienes cerezas. En el tiempo de la cerecera, no puedes hablar a nadie porque estamos todos estresados. La cerecera dura desde abril a finales de julio, agosto, depende. Nos levantamos a las seis de la mañana y no vuelves hasta las nueve de la noche y todo es cereza, cereza y más cereza. Antes daba para todo el año, ahora el mercado no es como antes, hay cerezas en otros sitios de España. Piornal es uno de los pueblos que más cerezas coge en el Valle, pero también recogemos castañas, aceitunas.

-Desvélenos los entresijos políticos y sociales del pueblo -Un problema es la Junta de Terrenos, un grupo de particulares, de accionistas, que tienen terrenos y no se pueden comprar más tierras porque no se sabe si son del ayuntamiento o de la Junta de Terrenos. Están en pleitos, pero a la hora de comprar no sabes si ir al ayuntamiento o ir a la Junta de Terrenos. Es lo más polémico que puede haber.

-¿Los estudiantes?

-Somos uno de los pueblos con más jóvenes con carrera. Los chavales licenciados, si se van, siempre vuelven al quedarse sin trabajo, no pierden el contacto. Hay profesores e ingenieros que viven aquí y van a trabajar cada día a Plasencia o a los pueblos de la zona.

-¿Hacia dónde tienden en el Norte a ir a estudiar, a Salamanca o a Cáceres?

-A estudiar antes íbamos a Cáceres, ahora se tira más a Salamanca, pero es porque van tus amigos, porque la gente de tu entorno está allí. Yo me fui a Cáceres porque todos mis amigos se iban a Cáceres.

-¿Es cierto que en el Norte de Extremadura se mueve mucho la droga entre los jóvenes?

-Eso es un tópico. No quiero decir que no se fumen porros, pero yo salgo y no veo exceso de drogas.

-¿Son más modernos por aquí, en el Norte, por la cercanía de Madrid?

-No, no. Si sale algo de moda lo tenemos igual, pero no porque estemos más cerca de Madrid, sino porque todo el mundo va a Plasencia a comprar ropa y las mujeres van de Stradivarius y los hombres de Springfield y de Pull & Bear.

-¿Las comunicaciones?

-Es lo que peor tenemos. Llevamos años pidiendo que arreglen las carreteras. Han arreglado una parte hasta el cruce, pero quedan tramos tercermundistas y se estropean por la sal.

-¿El turismo?

-Antes, hace seis o siete años, era mejor que ahora, que se centra todo en el cerezo en flor. En ese tiempo, esto revienta. Ahora está un poco parado, se nota en el restaurante, en las casas rurales y se nota desde antes de la crisis. Yo creo que se enfocan demasiado las visitas al cerezo en flor. Habría que promocionar más el otoño, que también es muy bonito, o el verano con las gargantas. Antes todo el año estaba lleno.

-¿Una peluquería es como un confesionario?

-Ya no tanto. Hay algunos rumores que pueden salir en una peluquería, pero es casualidad. Pueden decir: Pues estos dos rompieron y él está con tal. Pero ya no es tanto, ha cambiado, cuando iba con mi madre, se contaban más cosas. Igual es que a mí no me interesa. Se puede decir que se ha dejado fulanita con fulanito, pero de ahí a sacar trapos.

-¿Para ser peluquera es imprescindible dar palique y estar al día de la prensa del corazón?

-No hace falta hablar, a veces estamos en silencio. Tengo revistas como Mente Sana, no solo del corazón.

-¿Qué opina de tratamientos de belleza como los del oro, los del caviar, los del chocolate, los del vino, los de leche de burra?

-Es un bum para vender. Una mascarilla reafirmante de toda la vida es lo mismo tenga o no esencia de chocolate o de cereza o de caviar.

-¿Cómo se comportan las emigrantes del pueblo cuando vuelven y van a su peluquería?

-Las hay muy repipis y creen que por venir de la ciudad. Pero se quedan sorprendidas al ver que tengo los mismos productos que en Barcelona, pero a mitad de precio. Aunque son casos mínimos. La relación con los emigrantes retornados es muy buena.

-¿Las clientas se arriesgan con los peinados como en las ciudades o menos?

-Aquí se arriesgan. Ahora se lleva mucho el pelo de la Beckam, más corto de atrás y más largo de delante. Se dejan hacer, me dicen que lo que yo quiera.

-¿Qué se llevará en Piornal durante estas fiestas en cuestión de peinado femenino?

-Las mechas súper claras. Es el bum de las mechas aquí y en todas partes y las melenas cuadradas, cortadas.

-Pasemos a sus otros negocios. Su restaurante Tormantos. ¿Hay clientela en Piornal?

-Somos más de menú diario: vienen albañiles, obreros, fontaneros. Y el cura. El sacerdote de aquí, don Andrés, todos los días viene a comer a casa. Es mayor, unos 80 y tantos, y se está con nosotros desde que abrimos hasta que cerramos. La especialidad de mi madre son las calderetas de cordero y de cabrito, las sopas de ajo y las patatas piornalegas, que son unas patatas guisadas con pimiento y pimentón y están muy ricas. Es comida casera.

-¿Una mujer en un bar. Sigue habiendo pesados?

-Hay alguno que todavía. "Pues mejor que estés tú a que esté tu hermano, mejor te vemos a ti". Yo no me quedo callada, tengo un carácter que contesto bien contestado: "Mira, vete a decírselo a tu mujer si quieres".

-El peinado de los políticos y de las políticas: ¿María Teresa Fernández de la Vega.?

-Esa piel tostada de María Teresa Fernández de la Vega no la veo como muy normal. Esa señora no debería darse tanta lámpara.

-Han sido muy comentados los cambios de peinado de las consejeras Eva María Pérez y Leonor Flores. ¿Qué le parecen?

-Son un poco clásicas. Siempre llevan la misma tónica, la media melena, las mechas, no quieren cambiar mucho. Ahora se lleva el pelo ondulado y las puntas hacia atrás y ellas lo llevan un poco exagerado. También la pintura tiene mucho que ver. Esas señoras se pintan un poco más que otras políticas. Pero no cambian mucho.

-¿Y los hombres: tendremos algún día un consejero con mechas y el pelo levantado al centro?

-A lo mejor sí. En las ciudades las tendencias van cambiando. Es que los que tenemos ahora son un poco chapados a la antigua. Yo, 'al mi Rajoy', no lo veo con el pelo levantado para arriba. Y no veo a Vara con mechas. Se lo propondré, que viene mucho por Piornal.

Le rechifla 'Sin tetas no hay paraíso' y Fiti y los Fitipaldi. Compra discos originales, ve las películas en el cine y acaba de leer la trilogía 'Millenium'. El olor a lentejas le recuerda la infancia, es del Betis y ahorra para comprarse el coche de su vida: un Audi A3.

-¿La felicidad está en el pueblo, en el campo, en la ciudad?

-Está donde la encuentres.

-¿Usted la ha encontrado en Piornal?

-Ahora la felicidad completa no la tengo porque no tengo novio, pero soy súper feliz con mi madre, mi familia, mis amigos.

-¿Lee el periódico en papel o en Internet?

-En papel, me encanta. Tengo que desayunar todos los días leyendo el periódico.

-¿Cree que el norte y el sur de la región son distintos?

-Mi cuñado es de Montijo y yo voy allí y los veo como otro tipo de gente. En el sur van más a su rollo. En la zona de Badajoz son muy alegres, muy de fiestas, pero a la hora de la verdad son más cerrados. Aquí somos más amigables, de conocernos de verdad.

-¿Cuál es su estado vital actual?

-Ahora mismo feliz. Me va bien en el trabajo, con la familia.

-¿Pero decía antes que le faltaba un novio?

-No es que me falte un novio, sino que todo el mundo te dice que si no te has echado un novio. ¿Pero es que no se puede vivir en este mundo sin tener un novio? Yo tengo una persona especial que no es mi novio.

-¿Es difícil tener vida privada en un pueblo?

-Es difícil, pero no imposible. De hecho, yo lo hago. La gente no sabe si entro, si salgo. De hecho, lo de que tengo una persona especial, si lo pone, en el pueblo se enterarán, si no, no lo saben.

-¿Y qué hago, lo pongo?

-Me da igual. Si me preguntan ya les contestaré yo.

-¿Siente presión en el pueblo, que esa presión puede derrotarla, impedirle hacer lo que le apetece?

-No, por mi carácter no me importaría que hablaran. Pero reconozco que hay gente de la que hablan tanto que acaban desanimándola o influyéndole.

-La homosexualidad, las parejas de hecho, vestir como te dé la gana, ser raro o rara. ¿Hay respeto en los pueblos extremeños?

-Aquí se respeta. Hay un par de parejillas de hecho y la gente no se mete. Yo veo a gente muy punki y nadie se mete con ellos. Conozco aquí una pareja de chicas y lo llevan muy bien, están contentas, no queda raro.

-¿A qué redes sociales pertenece?

-En Tuenti estuve, pero ya no me engancha. En mi época de estudiante chateaba. Conocí por Internet a un chico que fue muy importante en mi vida. Estuvimos saliendo. Era militar, estaba en el Cimov en Cáceres, pero luego lo destinaron a Calatayud y por circunstancias de la vida lo dejamos.

-¿Se deja llevar por la melancolía y la nostalgia, lucha contra ellas?

-Sí, me gusta recordar a mi padre, ya fallecido.

-¿Cómo cuida su cuerpo: ejercicio, cremas, dietas.?

-Dieta hago siempre porque antes pesaba 40 kilos más. Siempre me tengo que estar cuidando y uso cremas de todo tipo. Mucha verdura, mucho pescado. Con 40 kilos más era feliz, no tenía complejos. Adelgacé por salud.

-¿Viste con ropa de marca, de mercadillo, de Desigual, de rebajas, le da lo mismo.?

-Soy un poco de marca, me gustan mucho Desigual, Kukuxumuxu, Levis. Aunque también soy fanática de Stradivarius y Bershka.

-¿El aspecto de su carácter que mejor la define?

-El tirar hacia adelante, todo lo tengo que solucionar ya. Mis amigos me dicen que soy una cabezota y que tengo que hacerlo todo en el acto.

-¿Su mayor defecto?

-Soy un poco contestona. Me debería morder la lengua a veces. Salto y no pienso si puedo hacer daño a otra persona. Hay verdades que se deben decir de otra manera, decir lo que debo decir, pero más diplomáticamente.

-¿Alguna frase o lema personal que la reconforte?

-Hay que vivir día a día. Es mejor hacer las cosas y equivocarse a lamentarse por no haberlas hecho.

-¿Su idea de la felicidad?

-Casada, con un niño. No, es una broma. Tener un negocio más grande en una ciudad, moverme. Lo de casarse y los hijos está ahí, pero no es una meta final.

-¿Qué le irrita más?

-La hipocresía, no hablar claro.

-¿Si Vara o Monago se raparan una parte de la cabeza o se dejaran patillas largas, qué opinarían sus clientas?

-Nada. A mis clientas les da igual la política. Sí les importaría si el Duque de 'Sin tetas no hay paraíso' se cambiara de peinado.

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© Víctor A. Díaz Calle. 1997-2009