Diario Hoy
Lunes, 20 de enero de 2003

Lluvia de nabos en Piornal

Los Jarramplas de 2003 recibirán el impacto de 10.000 kilos de nabos traídos desde Montijo


Nuria Verdiguier. Piornal
Diario HOY

Como ocurre en la mayoría de las tradiciones, no está claro su origen, aunque del Jarramplas se cree que podría ser un ladrón de ganado. Pero lo que sí es seguro es que Piornal no quería que paseara por sus calles, de ahí que lo ahuyentaran a pedradas, pero desde hace muchos años "a nabazo limpio". Longino Fernández recuerda que ya su abuelo vivía la tradición del Jarramplas, que ha llegado a nuestros días antes casi como una penitencia y ahora como un sentimiento de los jóvenes por vivir la tradición de Piornal, aunque tengan que esperar muchos años. De hecho, los Jarramplas de 2003 han tenido que esperar una década, y todavía hay una lista hasta el 2015.

Diez años de espera

Hace ya diez años que Luis Leandro se inscribió en una lista interminable de jóvenes que querían encarnar el personaje. Este año, por fin, ha llegado su turno. A las diez y media de la mañana de ayer los Mayordomos llegaron a su casa para ayudarle a ponerse la armadura de fibra de vidrio que le protege de los golpes de los cientos de kilos de nabos que los piornalegos arrojan contra su cuerpo. Después se viste con el típico traje de tiras de colores que pasea por las calles. Luis está nervioso, pero a la vez impaciente por salir a la calle y llamar al pueblo con su tamboril. "A pesar del traje no dejas de tener un poco de miedo, porque se lo que me espera fuera, pero hay que resistir. De todos modos los Mayordomos estarán cerca para ayudarme si lo necesito", afirma con tranquilidad.

Una vez listo sale para que la gente le vea antes de que los Mayordomos le coloquen la máscara, también recubierta de fibra de vidrio. Ya está preparado para enfrentarse a los nabos que le arrojarán sin piedad, excepto cuando haga una señal que indique que tiene algún problema, como que no ve bien o se caiga. Mientras, los jóvenes que este año tendrían que ser quintos, repartieron los nabos por las calles de Piornal con una ratona cedida por el Ayuntamiento para la ocasión. Todo está preparado para la 'lluvia de nabos'.

Luis Leandro comienza a tocar el tamboril, signo de que está listo para recibir los impactos, y los jóvenes tiran contra él. Durante unos minutos que parecen interminables el Jarramplas se pasea por las calles de Piornal hasta llegar a su primera parada. Por fin ha finalizado su cometido sin percance alguno, por lo que sus compañeros le mantean como si de un héroe se tratara.

La fiesta comenzó ayer, día en el que no solo se visten los dos Jarramplas oficiales, Luis y Daniel Vicente Fernández, sino que además tienen la oportunidad de hacerlo amigos y familiares.

Sus propios trajes

Existe un único traje original del Jarramplas y un tamboril elaborado con piel de perro que cada año pasa de forma simbólica de unos Mayordomos a otros, pero que no se utiliza.

Los dos Jarramplas oficiales deben costearse la confección de dos trajes cada uno y de las máscaras, que en el centro están hechas de cartón que luego se recubre de fibra de vidrio en la fábrica de Saucedilla, para finalmente pintarlas. Pero eso no es todo, "porque también pagamos las migas y la comida de los dos días de fiesta para todos los amigos y visitantes", comenta Daniel Fernández, quien se queja de la escasa ayuda que reciben por parte del Ayuntamiento o de las instituciones regionales. Daniel añade que esta fiesta es muy conocida no solo en la provincia, sino que llegan visitantes de otras comunidades autónomas, lo que repercute en la economía municipal. Por ello insiste en que se debería ayudar a todos aquellos jóvenes que quieran embutirse en el traje de la fiesta tradicional.

Los hombres son los únicos que pueden encarnar el Jarramplas. Tan solo una mujer consiguió ese honor, algo que a Marinela Prieto, de doce años, no le parece muy bien, aunque entiende que no tiene la misma fortaleza física un hombre que una mujer a la hora de recibir los impactos. Lo que sí hace es tirar nabos al Jarramplas de turno.

El primer día ha terminado. Pero falta el día grande, el 20 de enero, cuando se canta la 'Rosca', se celebra la misa en honor de San Sebastián y otros miles de kilos de nabos caigan sobre Luis y Daniel a la puerta de la iglesia.

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© Víctor A. Díaz Calle. 1997-2003