El Periódico de Extremadura

El mito contra la razón

 
De Jarramplas, me quedo con la noche de las Aborás. Merece la pena vivirla
 
 

José Antonio Vega Vega. El Periódico de Extremadura
Lunes, 19 de enero de 2015
http://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/plasencia/mito-razon_849411.html

La víspera de San Sebastián, cuando en el reloj de la torre suene la última campanada de la media noche, Jarramplas, con paso recio, de espaldas a la comitiva --como negándose a ver el futuro que le aguarda--, comenzará una solemne marcha por las calles de Piornal (Extremadura). Estará acompañado por el siniestro son de su tamboril y por unas aguerridas coplas que, por la hora en que se cantan, reciben el nombre de alboradas (alborás). Son estrofas que entonan mozas cantoras en honor de un mártir. Por el pueblo en semipenumbra, desafiando a un frío que hiela el alma, le acompañarán las pisadas de centenares de personas que, con emoción, revivirán un año más la fiesta del Santo.

Se dice que Jarramplas es el mito del ajusticiamiento de un ladrón de ganado. No es esto lo que se desprende de las coplas que entona el pueblo. A Jarramplas, capitán valeroso, dale salud y fuerza , dale la gloria , se canta. Estos no son cánticos para un malvado.

La noche de las alborás es la esencia de la fiesta. Se vive un vía crucis lento de una comitiva popular que, ensalzando las hazañas del Santo, lleva preso a Jarramplas para ajusticiarlo. Y así, a la mañana siguiente, el pueblo descargará su ira en forma de lapidación de nabos contra este enigmático personaje. Recuerda la pasión de Jesús de Nazaret que, primero, oyó hosannas y, después, lo crucificaron. Nunca he pensado en Jarramplas como en un ladrón. Por la puesta en escena y por el atuendo: traje a modo de sambenito, máscara en forma de capirote y un lúgubre toque de tambor, me inclino a creer que se conmemora un auto de fe de la Inquisición. El injusto ajusticiamiento de un librepensador que se rebeló contra la intolerancia. El pueblo, que siempre juzga con justicia, no perdona el hecho y cada año, cuando más nieva, recuerda su historia.

De Jarramplas, Fiesta de Interés Turístico Nacional, me quedo con la noche de las Alborás: una imagen plásticamente bella y emocionalmente plena. Merece la pena vivirla.

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