Los contactos entre hombres y seres espirituales han existido prácticamente desde que el hombre es hombre. Rezos, rogativas, plegarias, etc., han sido algunas de las formas que ha tomado ese contacto votivo. Mediante el rezo, el canto y otras formas de expresión, la gente se ha comunicado con esos seres sobrenaturales que han contribuido de alguna manera a organizar su vida y su cosmovisión.
Una de las formas más comunes, aunque no la única, de establecer relaciones personales con los seres sobrenaturales es la manda.
Es de todos conocida la importancia que las mandas tienen en el ámbito de la religiosidad popular en Piornal. Mediante la manda una persona, individualmente, establece comunicación con una divinidad (Virgen, Cristo, Santo). Esta comunicación lleva implícito un compromiso entre ambas partes: la persona se compromete a realizar un gasto o un sacrificio; a cambio solicita de la divinidad: vida, salud, apoyo, etc.
En la fiesta de Jarramplas las situaciones que generan la disposición del individuo a utilizar la manda hacia San Sebastián como recurso, es decir a echar una manda o mandar (expresiones utilizadas en Piornal para establecer el compromiso), deben tener la propiedad de llevar implícito algún tipo de peligro manifiesto o latente para la vida de un individuo. Es el caso de los escenarios de inseguridad y riesgo para la propia vida en tiempos de guerra o de alejamiento de la comunidad como la realización del servicio militar. Se trataría de un peligro manifiesto por ejemplo en el caso de estar en el frente en la misma guerra, o un peligro latente en situaciones de alejamiento prolongado de la comunidad que pierde así su capacidad de protección sobre sus miembros, caso de los prolongados servicios militares de antaño. Otra de estas situaciones propicias para echar mandas son las enfermedades de curación complicada o, al menos, incierta, que lleva al que la padece o a un familiar directo, a intentar complementar el poder manifiesto, científico y racional de la ciencia médica, con esas otras fuerzas mágicas, de origen irracional, emanadas de fuentes trascendentales y no naturales, inherentes a la manda.
En definitiva, hablando de las mandas asociadas a la fiesta de
Jarramplas, algunos establecen un compromiso con San Sebastián, que les lleva a apuntarse para ser Jarramplas, encargarse de la mayordomía, pujar en la subasta para meter un brazo de las andas que portan al Santo o subirle al trono, etc., a cambio suelen pedirle que interceda por ellos o por algún familiar directo en algún asunto concreto (relacionado con la salud en la mayor parte de los casos desde mediados del siglo XX).
Superado el ambiente antirritualista de las décadas de los sesenta, setenta y primera mitad de los ochenta, que tildaba de fanatismo y atraso cultural este tipo de manifestaciones de la religiosidad popular presentes en la mayoría de las fiestas tradicionales, actualmente aparece cada vez más gente dispuesta a decir, sin ningún tipo de pudor, que han echado una manda a uno u otro ser sagrado, cosa que se tendía a ocultar en esas décadas anteriormente citadas. Sin embargo nos encontramos aún muy lejos de aquellos tiempos en los que las mandas se hacían públicas durante la fiesta, para que todo el mundo se enterara del porqué alguien era Jarramplas o Mayordomo.
La publicación del contenido de las mandas era una costumbre extendida por toda la geografía extremeña. Un repaso por algunas otras fiestas extremeñas en honor a San Sebastián en nos informa de esa tendencia a que las promesas se publicaran en algún momento ritual concreto. Recogemos a continuación tres ejemplos claros que refrendas nuestra afirmación.
En el caso de los ensabanaos de Castilblanco, al llegar a la iglesia al atardecer del día 19 de enero, según recoge Rodríguez Pastor en la obra Extremadura festiva publicada por el diario HOY, "sacaban al Santo (San Sebastián), y uno por uno iban echando las súplicas, especie de versos, compuestos por ellos mismos. Algunas de las letras eran estas:
Cuando yo estaba en la guerra
pasando muchos trabajos,
mi madre lo prometió
vestirme de ensabanao.
Y ahora lo vengo a cumplir
y también a darte gracias
porque me has satisfecho
en todas mis esperanzas.
¡Viva San Sebastián!" (1995: 77)
En Hernán Pérez, escribe Félix Barroso en la misma obra "El mayordomo (por promesa) lleva la bandera en procesión delante del santo. Ponen precio por ondear o tirar la bandera, que pesa mucho, a la vez de repetir la causa de la promesa. El dinero que obtienen es para los gastos del santo" (1995: 282).
En Acehúche, cuando la procesión de San Sebastián llega a casa de los mayordomos, estos, desde el balcón de la casa de fachada bien engalanada, le «echan la loa» es decir una alabanza que hace referencia a la vida y martirio de San Sebastián, y a la promesa y el favor recibido. Un ejemplo lo muestra este fragmento de loa de la edición de 1984 "(...). Por eso tus mayordomos viendo como la enfermedad y la fiebre arrebatan de sus brazos a su pequeño hijito recién nacido, sin que la ciencia pudiera hacer nada, y cuando la sombra de la muerte inminente se cernía sobre aquel ser inocente e indefenso, acudieron a ti llenos de fe en el omnipotente y de confianza en tu intersección ante él, pidiéndote la salud de aquel hijo tan amado poniéndolo en tus manos y no dudando de tu poderosa protección. Pocas horas después la fiebre cedía y el niño comenzó a dar muestras de mejoría (...)"
En el caso de Piornal, las mandas realizadas para ser Jarramplas se hacían públicas cantándolas durante las Alborás, o en esos otros momentos en los que se interpreta este canto (ritos de bajar y vestir al Santo, el besapiés y la subida del Santo al trono). De esta manera, cada año además de cantarse las coplas típicas de las Alborás, las que seguimos cantando hoy día y que fundamentalmente hacen referencia a la vida de San Sebastián, se cantaban otras que hacían alusión a las mandas. Eran los propios mandantes los encargados de componer una o varias coplas, en las que se hacía público el contenido de su manda, y que habría de cantarse en las Alborás. Como quiera que durante este canto una misma copla se interpreta en varios momentos diferentes, la gente acababa por aprenderse las nuevas letras compuestas para la ocasión y enterarse así de las razones que habían llevado a alguno de sus vecinos a realizar el sacrificio mandado. En cada edición de la fiesta pues, se inventaba y se cantaba una o varias coplas que nunca antes se habían cantado y nunca después se volverían a cantar, es decir, unas coplas exclusivas de esa edición, solamente en la cual tenían sentido y para la cual eran compuestas.
A continuación recogemos sólo unas pocas de estas letras, que aún se mantienen frescas en la memoria de muchos piornalegos de edad avanzada, y que nos informan de la importancia que en otro tiempo tuvieron para los piornalegos situaciones tan traumáticas como la guerra (Guerra de Cuba, Guerra de Marruecos y Guerra Civil), en la que participaron muchos de ellos, el servicio militar del que por desgracia no volvieron todos los que un día se fueron, y las graves enfermedades a las que se veían sometidos.
Rescatar algunas más de ellas está en manos del lector. Yo personalmente les animo a que lo hagan, por un lado para que no se pierdan estas joyas del cancionero tradicional y puedan ofrecernos más luz sobre la historia de esta fiesta tan importante para nosotros, y por otro, por lo bien que llegan a sentirse las personas mayores cuando les hacemos ver que estamos interesados por el mucho saber que guardan en su memoria.
Letras de Alborás que hacen públicas mandas relacionadas con la guerra, el servicio militar y las enfermedades
|
En Carabanchel Bajo
se hizo esta manda
que si no le mataban
era Jarramplas. |
El amigo cayó
y él quedaba,
por eso se ofreció
a ser Jarramplas.
|
El día diez de agosto
fue hecha esta manda
cuando la guerra andaba
por toda España.
|
Sebastián, te pedimos
y te rogamos
que en la guerra no mueran
ya más soldados.
|
Sebastián valeroso
hoy te pedimos,
da salud a los presos
y a los heridos. |
Sebastián te pedimos
con mucha fe
que al hijo del Mayordomo
salud le des.
|
En el desierto del Sahara
se hizo esta manda,
que si venía a casa
era Jarramplas.
|
Jarramplas que tocas,
toca contento,
que le diste salud,
que estaba enfermo. |
La hija de Jarramplas
va por la calle,
a cumplir la promesa
que mandó su padre. |
Por el que mandé esta Rosca,
hoy ya no existe,
pero la canta su hija,
con pena y triste |
   
Ir al menú de Jarramplas
   
Ir al índice imág. Jarramplas
Si quieres escribirme:
victor@piornal.net                     
                             
Página inicial
© Víctor A. Díaz Calle. 1997-2004
|