La vida se para en enero
para todos los piornalegos
maestros, médicos, albañiles
periodistas y cereceros.
Nadie falta a la esperada cita
con esos dos días de enero
te buscas las habichuelas
pero ahí estás de los primeros.
Un año entero pensándolo
esperando con mucho anhelo
deseando que pasen los meses
trabajando como jurrucheros.
Y por fin llega lo esperado
19 y 20 de enero
que son dos de las razones
que enorgullecen a un piornalego.
        Ernesto Vicente Pérez