Antropología popular. Datos para un cancionero de Piornal
Gutiérrez Macías, Valeriano
Revista de Folklore
Fundación Joaquín Díaz - Caja España
Año: 2001, Tomo: 21b, Revista número: 250
Páginas en la revista: 115-123
Piornal, pertenece a la provincia de Cáceres y está situado en la parte N. de la cordillera Carpetobetónica, a 1.200 m. de altitud sobre el nivel del mar, donde, en su estío, se gozan las delicias del frescor, el tono verde de mil matices de sus paisajes y unas aguas puras y cristalinas, lo que presta a la villa y su entorno, en la época mencionada, tintes paradisíacos. Además, para quienes desean alejarse del bullicio, constituye un excelente lugar de veraneo, remanso de paz para gozar de la naturaleza y para meditar.
Los inviernos son duros y la población se ve envuelta por una alba capa. La elevación de Peñas Negras se halla a 1.500 m. de altitud, y el Cancho de las Tres Cruces, a 1.570 m.; es la convergencia de los términos municipales de Cabezuela del Valla, Garganta la Olla y Piornal.
Esta última localidad -que se asienta en una meseta- dista de la capital altoextremeña 119 Kms, y pertenece al partido judicial y diócesis de Plasencia, de cuya Muy Noble, Muy Leal y Muy Benéfica ciudad, la separan 27 Kms. Está unida al Valle de Plasencia a través del término de Valdastillas, y a la Vera por el de Garganta la Olla.
El nombre de Piornal viene de piorno, retama que prolifera en su término municipal. Debe su fundación -allá por la décima centuria- a sus finos pastos y abundantes manantiales, lo que hizo que fueran codiciados aquellos parajes por los pastores.
La localidad serrana se ha distinguido siempre por el acerbo folklorístico que atesora, muy rico y con una gran variedad en las canciones, digno de figurar en el mejor cancionero de Extremadura y, por ende, de España; por su pureza prístina y por el valor ancestral, por su personalidad específica, propia e inconfundible dentro de la parcela cacereña.
(Villancicos, Roscas, Canciones populares, Canciones de retadores, Jota piornalega, Rondeña y La Torera)
Villancicos
El pueblo canta villancicos, la popular canción de Navidad, por el Niño que ha de nacer. Hay que apreciar la suavidad que ponen en ello. Bien puede decirse que el villancico es manifestación del fervor popular por los temas navideños, con copla y estribillo.
En Piornal cantan los villancicos las mozas y mozos, los niños, por todo el pueblo; en las calles y en la iglesia parroquial de San Juan Bautista. Tanto entusiasmo y devoción ponen al interpretarlos y lo hacen tan bien, que el grupo coral del Centro Cultural “Amanecer” ha conseguido los primeros premios nacionales de cantos de villancicos en concursos celebrados en Madrid.
I
En un humilde establo de piedra y barro, y en una noche de frío atroz, de una joven doncella, más Pura y Bella nació triunfante el Niño Dios.
Nació triunfante el Niño Dios.
Nació triunfante el Niño Dios.
Todos se regocijan y al punto fijan lo que le llevan, de gran valor: Un corderillo hermoso, llevan gozosos, azúcar y leche, manteca y miel, azúcar y leche, manteca y miel, azúcar y leche, manteca y miel.
Salen las caravanas muy de mañana, todos juntos van a adorar, y zambombas, rabeles, música alegre al que ha nacido en un portal; al que ha nacido en un portal; al que ha nacido en un portal.
II
En la oscura braña de una montaña, a los pastores se apareció un angel, que les dijo, con regocijo: En esta hora ha nacido Dios.
Mírale que chiquito y que bonito el pobrecillo envuelto está, dale, dale a Jusepe, para el rapaciño, un panecillo para almorzar.
III
Vamos a Belén, pastores, a ver al nieto de Ana, que lleva un león atado con una hebra de lana.
(Estribillo)
¡Ay, cómo cantan los pajaritos!.
¡Ay, cómo bailan los pastorcitos!.
¡Ay, cómo ríen al Niño chiquito!.
Porque tiene su papaíto.
IV
Yo, pobre gitanilla Niño, le diré la buenaventura.
Yo ésa no la sé; le diré me perdone lo mucho que pequé, en la Mansión Eterna ladito me dé.
(Estribillo)
¡Ay, que está dormidito; pero me escuchará, pues hácese el dormido para mi amor probar!.
Déjame, Niño hermoso, de tu amor disfrutar, y al lado de tu cuna mis pecados llorar.
(Estribillo)
Ese precioso Niño, yo me muero por El; sus ojitos me encantan y su boquita también; la madre le acaricia, el padre se mira en El, y los dos, extasiados, contemplan aquel Ser.
(Estribillo)
Es tan lindo el Chiquito, que nunca podrá ser que su belleza copie el lápiz ni el pincel.
Más el Eterno Padre, con su inmenso poder, quiso que el Niño fuera inmenso como El.
(Estribillo)
¡Ay, que está dormidito...! ......... etc.
(Otro estribillo)
Vamos pastores, vamos vamos a Belén, a ver en aquel Niño las glorias del Edén, las glorias del Edén, sí, y del Edén.
V
Los pastores, que supieron el anuncio angelical, dejaron solo el ganado y a Belén van sin cesar.
(Estribillo)
Al más bello Niño, al Rey Celestial, pastores sencillos lo van a adorar.
Quiérenle, fuéronle a adorar, fuéronle, le van a adorar.
Le adoraron, le ofrecieron las riquezas cada cual, y hasta que no vino el día no dejaron de cantar.
(Estribillo)
A la Virgen le pidieron el sencillo de Pascual: si nos das tu hermoso Niño será nuestro mayoral.
(Estribillo)
Déjate ya de simplezas, le dice Bato a Pascual; pues aun cuando lo ves tan pobre, Niño más rico no habrá.
(Estribillo)
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VI
Si los pastores supieran lo que esta noche ha nacido, dejarían sus ganados por esos campos perdidos.
(Estribillo)
Suene, suene el tambor; suene, suene el laúd; suenen las panderetas, porque ha nacido el Niño Jesús.
Esta noche nace el Niño, entre la paja y el heno; quién pudiera, Niño hermoso, vestirte de terciopelo.
(Estribillo)
En el portal de Belén hay estrellas, Sol y Luna, la Virgen y San José, y el Niño, que está en la cuna.
(Estribillo)
En el portal de Belén, la noche se ha vuelto día; porque el Sol está brillando entre San José y María.
(Estribillo)
El Niño tiembla de frío y la Virgen le acaricia; ¡Jesús, qué noche tan mala! José, enciende una astilla.
(Estribillo)
Sán Jósé limpia el portal, la Virgen lava la faja; llorando el Niño mis culpas, riega el pesebre de lágrimas.
(Estribillo)
VII
A la justicia, mi Niño, te he de acusar de ladrón; que apenas llegué a tu puerta me robaste el corazón.
No sé si será el amor, ni sé si serán mis ojos, que cada vez que te miro me parecen más hermosos.
(Estribillo)
¡Ay del chiquirritín, que ha nacido entre pajas; Ay del chiquirritín, de requichirritín, queridito del alma.
En el portal de Belén, gitanillos han entrado; al Niño recién nacido las mantillas le han robado.
(Estribillo)
Pícaros gitanos, caras de panderos; que al Niño de Dios lo han dejado en cueros.
VIII
Decid a la madre del nuevo Isaac que cuide del Niño con materno afán; que el frío es muy fuerte y duro el estar, sobre unas pajitas en tan tierna edad.
(Estribillo)
Cantemos, bailemos con noble primor; puesto que ha nacido el Dios Redentor.
Aquel viejecito que a su lado veía, decidle, amiguitos, que viva también; que cuando lo bese, con cariño fiel, cuidado, no punce la barba su piel.
(Estribillo)
IX
De la sacristía sale el párroco, revestido, con el cáliz en la mano, diciendo: Cristo ha nacido.
(Estribillo)
Vengan todos los pastores, vengan todos a adorar a este Niño soberano, que ha nacido en el portal.
Si los pastores supieran quien esta noche ha nacido, dejarían sus ganados por estos campos perdidos
(Estribillo)
Detrás de aquella cortina y de aquel lirio morado, está la esencia divina de Jesús Sacramentado.
En Belén tocan a fuego, del portal salen las llamas, una estrella del cielo ha caído entre las pajas.
(Estribillo)
X
A cantar empecemos con alegría, que ha nacido esta noche Jesús, Mesías.
Entre el buey y la mula nos ha nacido, en un pobre pesebre lo han recogido.
A un hilo de oro van enhebrando lagrimitas que el Niño va derramando.
Este Niño, tan lindo, y tan bonito, es el Rey de los Cielos, muy humildito.
Adiós, Niño chiquito, dile a tu Madre que en el reino del Cielo os acompañe.
   
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Roscas
Son cantos que constan de presentación, alabanza al santo, petición de gracias y despedida. A continuación insertaremos una "rosca" antigua, que se cantaba en la Misa del Gallo, con aire y música de villancico. Hoy ya no se canta.
I
Estás llena de alegría y a cantar empezaremos, que resuenen nuestras voces en lo más alto del cielo.
(Estribillo)
Pastores del monte, id a adorar, que está entre las pajas el Rey celestial.
II
Angeles y serafines exclaman en dulce son, siendo alegres las alas en el trono del Señor.
(Estribillo)
Angeles del Cielo, danos vuestra voz, para que podamos alabar a Dios.
III
En el portal de Belén hay un palacio real; que habita el Rey de Reyes, el de eterna majestad.
(Estribillo)
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La Virgen está barriendo y componiendo el portal; porque sabe que tres reyes la vienen a visitar.
(Estribillo)
Allí también canta la Virgen María, y el Niño Jesús, con mucha alegría.
IV
Niño muy bello y hermoso, Niño chico y sin igual, que has venido a nuestro mundo a nuestras almas salvar.
(Escribillo)
Del Cielo que vienes, Divino zagal, derrama tus gracias, el bien y la paz.
V
Si los angeles, volando, pasan de estrella en estrella, no han de poder encontrar otra criatura tan bella.
(Escribillo)
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Canciones populares
Hay que hacer constar que los bellos cantares populares a que nos referimos y que consignamos a continuación, proporcionan toda clase de sentimientos y emociones en los piornalegos. Los cantares tienen distintas entonaciones y los hay amorosos, festivos y moralizantes. Con frecuencia se oyen cuando suena la jota y la rondeña:
Amorosos
I
Te quiero y te retequiero, nadie me lo requite; vuelva la rama a su tronco, aunque la flor se marchite.
II
Me mandaste una carta con una rayita verde; no quiero carta, ni raya, quiero que vengas a verme.
III
La carta que te escribí era de noche y no vía; si algunos borrones fueron, disimula, prenda mía.
IV
Anoche, a la media noche, me llevaron prisionero, y para mayor dolor me ataron con tu pañuelo.
V
Después de cien años muerto y de gusanos comido, encontrarás en mi pecho señal de haberte querido.
VI
Ciento cincuenta cuartillos diera de sangre por ti, y yo quisiera saber lo que tu dabas por mí.
VII
Serrana, tú eres chiquita; así, como eres, te quiero; lo que tienes de bajita lo tienes de resalero.
VIII
Te quiero y te retequiero, y en mi querer nadie manda; te quiero porque me sale de las entrañas del alma.
IX
Tienes una boca, niña, con una hilera de perlas que yo nunca olvidaré, aunque diamantes me dieran.
X
Yo te seguiré queriendo hasta después de mi muerte, por quererte con el alma, ya que el alma nunca muere.
XI
Cuando por la puerta paso y a la ventana no estás, voy acortando los pasos por ver si te asomarás, carita de cielo raso.
XII
Colcha llena de colores, el cielo y la mar encarna; hermoso jardín de flores, me tienes robada el alma; adiós, ramito de flores.
XIII
Muchos consejos me dieron y yo ninguno tomé; con uno que a ti te dieron olvidaste mi querer, qué fue lo que te dijeron.
XIV
Una mujer me pidió amor, cariño y.dinero; amor y cariño le di, pero dinero no tengo, que yo ricó nunca fui.
XV
Todos los anocheceres salgo, por ver si te veo, porque tú solita eres el jardín de mi recreo.
XVI
Ayer pasé por tu puerta, y vi que estabas llorando; no llores más, vida mía, que me matas con tu llanto.
XVII
Muchacha, vienes del huerto, tú me hueles a frescura; tu querer me tiene muerto, ábreme la sepultura, que me quiero meter dentro.
Festivos
I
No hay especie como el ajo, ni fruta como el madroño, ni moza que no se ría cuando la mientan el novio.
II
Anoche llegué a tu alcoba, oí que estabas soñando; un beso te di en la boca, porque me estabas mentando.
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(Sigue Festivos)
III
Me han dicho que estás malita y que te sangran mañana; a ti te sangran de un pie y a mí me sangran del alma.
IV
Ayer tarde, en el paseo, mataron a no sé quien; el vivo cayó en el suelo y el muerto se echó a correr,.
V
Yo te quise por el tiempo de los pimientos lerenes; se acabaron los pimientos, se acabaron los quereres.
VI
Si piensas que no te quiero, porque te miro y me río, soy un poquito guasón y tú no me has conocido.
VII
Anda diciendo tu madre que yo para ti no igualo; pero será en el dinero, que en la persona te gano.
VIII
Un mozo pidió mi mano y yo no se la negué; como estaba en la cocina le di la del almirez.
IX
Serranita, dáme, dáme la llave de tu bodega; que si tú no bebes vino, no faltará quien lo beba.
X
Me mandaste a decir, con el criado de casa, que te hiciera unos zapatos, que te tenían descalza.
Y yo te mandé decir, con el mismo mensajero: busca, niña, quien te calce, que yo no soy zapatero.
Moralizantes
I
De que lloré por mi madre, mi padrastro me pegó; si no lloro por mi madre, por quién voy a llorar yo.
II
El padre que se dedica a no dar ningún jornal, no tendrá para sus hijos ni un pedacito de pan.
III
Madre mía, madre mía; no me harto de llamarte; porque en el mundo no encuentro nombre más dulce que madre.
IV
Mi padre y mi madre lloran porque me van a casar; no lloréis, padre, ni madre; que no me van a enterrar.
V
Una niña muy bonita, que nunca había confesado, estaba arrepentidita de sus culpas y pecados.
VI
Un hijo pegó a su padre y pronto tuvo el castigo; al poco tiempo fue él padre y le pegaron sus hijos; no hay deuda que no se pague.
VII
La mujer que se enamora de la ropa y no del hombre, es una tonta perdida; porque la ropa se rompe y el hombre queda en la vida.
VIII
Por ti perdí yo mis bienes, mi caudal y mi mejora; y ahora que presa me tienes, te vas y me dejas sóla. Malos sentimientos tienes.
IX
Yo, siempre viví, viví a la puerta de un chiquiIlo; él se iba tras de mí y yo le daba martirio, hasta que le conocí.
X Yo vi a un rico orgulloso tirándoselas de hombre, y al otro año lo vi, con los vestidos de pobre, de puerta en puerta pedir.
   
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Canciones de retadores
Hasta principios del siglo actual (siglo XX), y aún avanzado éste, los mozos han sostenido en Piornal, como en otros lugares de la Alta Extremadura, (Pozuelo de Zarzón, Cilleros, Montehermoso, etc), encuentros brutales, unos contra otros, en unos desafíos verdaderamente sangrientos.
Se colocaban en las esquinas de las calles y, en especial por la festividad de Todos los Santos, proferían la siguiente expresión:
- ¡Ajijí!.
Era el grito con que se retaba a los demás mozos, quienes, apostados en otra esquina próxima, contestaban:
- ¡Ajijú!.
Acto seguido se iniciaba la llamada bolea. Consistía en arrojarse una lluvia de piedras. La lucha terminaba siempre en el manejo de los cuchillos de cruz, que guardaban con celo, pues era herencia de sus antepasados, que tenían en mucha estima. Los cuchillos de cruz se conservaban con gran esmero en fundas de material. Habían sido construidos en la propia localidad.
Raro era el año en que no se producía alguna víctima tras estos combates, con serias heridas, cuya gravedad ocasionaba la muerte en la mayor parte de los casos.
En las reuniones familiares y en las llamadas de resolana, antes de la fecha indicada, solían decirse entre sí los vecinos, como si de una premonición se tratara:
-¿Quién caerá este año?. ¿A quién tocará este año?.
A estos tremendos y trágicos retos pertenecen las llamadas coplas populares de retadores o de desafío:
El que no quiera morir al soplo de mi pistola, que deje la calle libre, que la necesito toda.
El mozo que sea pincho y en la calle me lo encuentre, ya puede llevar consigo al cura, que lo confiese.
Por la calle andas diciendo, serrana, que no me quieres; ten en cuenta con lo que hablas, que el pez por la boca muere.
Soy un mozo que la pinto, y no me meto con nadie; el que se meta conmigo, ya veremos cómo sale.
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Esta noche va a salir la ronda de los chavales, ya pueden los mozos viejos prevenirse de puñales.
El sereno de mi calle me quiere quitar la novia; esta noche va a sobrar sereno, el chozo y pistola.
La calle de mi morena no la pasean chavales, que todos son buenos mozos, con cuchillos y puñales.
Dicen que me andan buscando, serrana... los tus parientes; dilos que salgan al campo, que allí se ven los valientes.
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Jota piornalega
La jota piornalega es muy movida y ofrece notas sentimentales. Por ser tan movida es llamada "La Rabiosa":
Mira como corre el agua (bis) del pilar a la pilita, mira cómo colores esa tu cara bonita.
Olé, olé, resalada, esa tu cara bonita.
(Estribillo)
Y a la mar que te vayas, querido Pepe, y a la mar que te vayas, me voy a verte; me voy a verte, niña, me voy a verte; y a la mar que te vayas, querido Pepe.
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Te quiero más que a mi vida (bis) y el castigo voy llevando, mi madre me dio la vida y tú me la vas quitando.
Olé y olé, mi morena, y tú me la vas quitando.
(Estribillo)
Por mucho que te quiera, niña, tu madre, por mucho que te quiera ya hay quien la gane; ya hay quien la gane, niña, ya hay quien la gane; por mucho que te quiera, niña, tu madre.
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Rondeña
En la paremiología extremeña se repite con insistencia: Para torear y casarse, hay que arrimarse. Viene como anillo al dedo en relación con la letra, tan expresiva, de la rondeña, que transcribimos:
El día que tú te mueras, pongo luto en mi balcón; cuatro cirios, cuatro velas, y en medio mi corazón manifestando mis penas.
(Estribillo)
Pichona mía, arrímate a mi, que yo no puedo vivir sin ti; vivir sin ti.
No puedo más, pichona mía, arrimate más.
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Amor mío, vienes tarde y luego te vas temprano; mira que a mí no me gusta visita de cirujano; despídete si no quieres.
La rondeña malagueña ¿dónde la has aprendido?.
- A la orillita del mar, a la sombra de un bravío.
Pichona mía, arrímate a mí que yo no puedo vivir sin ti (bis) Pichona mía, arrímate a mí.
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La Torera
En Piornal hay mucha afición a la fiesta taurina, a lo que se dice en el lenguaje popular los toros. Un mes antes de la festividad agosteña de San Roque se da comienzo a los preparativos taurinos, que tanto divierten a los piornalegos:
Ya viene el torito bravo por la sierra de Tormantos; y muchos mozos con picas toreras vienen cantando; y muchos mozos con picas toreras vienen cantando
(Estribillo)
Y echa otro trago de ese puchero, que se me va secando el gallinero.
Ya está el torito en la plaza, y el alcalde en su balcón; las niñas bonitas cantan: ¡Salgan los de la afición! Las niñas ...
(Estribillo)
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Y échale fuera a ese torito bravo, que es de bandera.
El torito es piñano, y el lomo como una mora, que da la vuelta a la plaza y la barre como escoba.
Que da la...
(Estribillo)
Y echa una suerte al toro y otra a la vaca, otra por mi morena, que está en la plaza. (bis).
     
 
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Las canciones aquí recogidas se han hecho como "oro viejo" de nuestras costumbres populares. Y todo ello para que no se pierdan; por el contrario, se divulguen y perduren amplia y extensamente.
Aires y notas que interesan, y buena prueba de ello es que se cantan todavía en la localidad cacereña con un entusiasmo digno de perdurar en las actuales y posteriores generaciones de la tierra parda.
Los recopiladores de estas canciones fueron los ilustres maestros nacionales Máximo Cruz Rebosa y José Calle Escudero, que llevaron a cabo el importantísimo y difícil trabajo de recopilación en el año 1952, que está inédito, a quienes queremos ahora rendir justo tributo por su vocación y entusiasmo por las expresiones populares.
Lo realizado en este cancionero recogido por los educadores piornalegos es un claro exponente del rico sentir de un pueblo, de gentes fervorosas y entusiastas, que constituye un hito en la parcela varias veces citada en este ensayo.
Se trata, por lo tanto, de un original de antropología extremeña, que viene a reunir los aspectos más interesantes del folklore y de la vida de aquel pueblo serrano
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